
CREENCIAS MÁGICAS
DIVERSAS VINCULADAS A LA NATURALEZA Y A LA VIDA COTIDIANA.
1)
Para
ahuyentar la mala suerte, un antiguo consejo coihuecano
recomienda que es bueno mojarse la espalda, echándose el agua con las manos
por sobre los hombros.
2)
Si
un grillo penetra en la alcoba y canta, está pronosticando muy buena suerte
a los habitantes de ella. Nadie debe matar un grillo si no desea verse
abandonado de la fortuna.
3)
Portar
un objeto de plata o en su defecto, cualquier objeto metálico, representa
una coraza frente a las fuerzas negativas de la hechicería y el mal. Es una
excelente "contra" para protegerse de los flechazos sutiles de los brujos.
4) Los
cerros tienen espíritu. Cada arriero antiguo sabe que las grandes rocas y
cerros de los pasos cordilleranos hay que saludarlos y pedirles permiso para
pasar. Si así no se hiciera, se expone el viajero a que le pase cualquier
desventura, como perderse en una ruta por familiar que le parezca.
5) En
los Andes coihuecanos, existen lagunas encantadas. La tradición puelche-peweche
enseñó a los arrieros que en dichos sitios sagrados, se "debe pasar en
silencio. De lo contrario, al instante se levanta una neblina y pronto se
pone a llover o a nevar.
6)
Lo
más importante al cruzar la cordillera es pasar en silencio, o bien hablar
en voz baja, y llevar "buenos pensamientos". De lo contrario, se enoja el
Cuidador". Si se grita, se riñe o se echa a correr una piedrecilla, pronto
se nubla, nieva o llueve. Y lo más grave, se arriesga a perder la vida por
cualquier accidente impensado. Un amuleto protector que proviene de la
antigüedad pehuehche, es introducirse en la boca
una pequeña piedrecita cuando el arriero o
excursionista andino por primera vez pisa el suelo de esa región. Evita así,
"el enojo" de los espíritus de la misma, pues "ya lo han reconocido".
7)
Asimismo, las termas y
"fumarolas" cordilleranas tienen un "dueño" o "espíritu" al que se le debe
pedir permiso antes de entrar a bañarse. Antiguamente, le llamaban
"Arunko" o "Ngenko",
en lengua mapuche, significando "dueño del agua". La manera de solicitárselo
es la de ofrendarle una hilacha del poncho o frazada de pertenencia del
enfermo, la que debe dejar caer justamente en el lugar del hervor principal.
Si la hilacha se sumerge, es porque el espíritu de la terma concede el
permiso y, por consiguiente la curación. De lo contrario, lo mejor es
abstenerse. Por otra parte, el espíritu de la terma solo admite que se
utilice un numero impar de baños: cinco: cinco, siete o nueve; o bien series
de baños impares. Generalmente tres series de siete baños. En cuanto a las "olletas"
o "fumarolas" demasiado candentes, será mejor no acercarse a ellas. Sus
actos de represalia se manifiestan descargando tormentas de lluvia, granizo
y nieve.
8)
Las
llamadas "Piedras del Rayo", piedras
tipo hachas neolíticas que se encuentran en los robles o árboles calcinados
por un rayo, son poderosos amuletos. "Esas hachitas
larguchas y negras se entierran solas siete estados bajo tierra; y al
cabo de otros siete años suben y reaparecen", narra una informante de
Miraflores. Quién las encuentre gozará de buena
suerte el resto de sus días. Además, en la casa en que se encuentra una de
estas piedras, jamás caerán rayos ni se destruirá por incendio. Aún hoy,
como en el caso de la vieja cocina de la familia Daza-Sáez de Bureo, la
"Piedra del Rayo" permanece en el dintel de la puerta principal. "Las
piedras del rayo caen al rojo vivo, parten los árboles, vuelven cenizas a
las personas y se entierran siete estados. Al cabo de siete años vuelven". (MANUELA
ARTEAGA BAEZA, 82 años, Tanilvoro)
9)
Cuando
grita una bandurria (el Ibis Americano, conocido como
raki), o cruza
sola por el cielo, está pronosticando velorio y muerte. Pero cuando se
observan pasar dos bandurrias gritando, auguran matrimonio o unión de una
pareja de la comarca.
10)
Se
debe prohibir a los niños contar las estrellas, pues se exponen a que
les broten verrugas en sus manitas.
11)
Si
se observa en el cielo el movimiento de una estrella fugaz, se afirma
entonces que ha fallecido una persona importante y buena. Piensan que
todos los hombres están unidos a una estrella.
12) El
dinero procedente de un "entierro" (tesoro descubierto por procedimiento
mágico), no se puede gastar antes de cumplirse un año. El que lo extrae
del "entierro" debe dejar en ese sitio la suma de veinticinco centavos,
para el brujo que lo cuidaba. El dato fue recopilado a inicios del siglo
por Vicuña Cifuentes. Ya apreciamos una inexactitud producto de la
evolución de la cultura oral, pues para el pensamiento pewenche, quien
cuida el "entierro" es un "Ynaifilu",
un "Culebrón".
13) La
"chaucha dorada" es la moneda de veinte centavos que los brujos curan.
Echada a circular por el brujo la "chaucha dorada", vuelve cada vez a
poder de éste, acompañada de las otras monedas con que andaba mezclada.
(Recopilación del 1900).
14)
Si
grita el queltehue o
treguile está pronosticando lluvia próxima. Asimismo,
si los tiuques
revoloten y graznan con inquietud. (*)
15)
Si
los gallos cantan en horas desacostumbradas como ser antes de las ocho
de la noche, están preanunciando tembló o cualquier otra catástrofe o
desgracia.
16)
Los
perros son capaces de percibir los fantasmas, ánimas y espíritus. Cuando
ello sucede, lo comunican mediante aullidos. También los perros
aullan en las vísperas de un temblor o
terremoto. Presagian algo anormal. Casi no hay campesino que desconozca
estos signos secretos.
17) El
latido o temblor involuntario de los párpados, presagia al paciente un
próximo motivo de pena o disgusto donde derramará lágrimas.
18)
Si
se experimenta ardor en la oreja izquierda, es señal que en ese mismo
momento alguien está hablando mal de la persona afectada. Si sucede lo
mismo en la derecha alguien la alaba o destaca.
19)
Si
una persona siente gran comezón en la palma de la mano izquierda, es
señal fija de que recibirá dinero.
20) Para
hacerse querer o para conquistar el amor de una mujer indiferente,
recomiendan rasguñarla con el pequeño cuerpo que tiene el
queltehue (o
treguile) en la extremidad de las
alas.
21)
Para
conseguir el amor de una persona, se entierra el cuernecillo de las alas
del queltehue en el sitio en que
ésta ha orinado. Luego amarran a modo de colgajo las puntillas del ave o
en la cintura o en el cuello del pretendiente.
22)
Como
"imán de voluntad amorosa" hoy emplean algunos mozos, las pequeñas
estacas del gallo. El joven que desee atraerse la
tención femenina se cuelga las estacas al cuello por atribuirles
magnetismo afrodisíaco. (*) Esta última práctica mágica parece una
corrupción de la tradición del queltehue,
la que posee claros antecedentes indígenas.
23)
Para
lograr la posesión física de una mujer, antiguamente recomendaban
echarle polvos de cantárida (un
coleóptero verde) en las medias sin que ella lo percate. O bien,
acercársele manteniendo cogidas y ocultas un número impar de cantáridas
en la mano derecha. Dicho insecto posee en el Chile central, evidente
atributos afrodisíacos.
24) Para
detener y disolver el avance de la neblina matutina, los lugareños de
"Cancha de Parra" recuerdan una curiosa fórmula: "dan la espalda a la
neblina, se bajan los pantalones y le muestran con desprecio el
trasero".
25) Los
perros bravos y otros animales domésticos, guardianes de los bienes, no
reaccionan y se paralogizan, si el afligido visitante se desnuda
completamente y se sienta con las piernas cruzadas, inmóvil y sin miedo.
Y para retirarse, mejor si desnudo los enfrenta en cuatro patas y
retrocediendo.
26)
Cuando
entra un moscardón a la casa, indica que "anda llenando de
mantención las bodegas y despensas".
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